miércoles, 27 de noviembre de 2013

La calle de todos los días

Ya creo saber porque tengo tanto apego a esta calle; tal vez porque me ha visto reir y también llorar. Cada día me acompaña por 30 segundos de mi vida. Fue allí donde sentí que mi vida terminaba. Pero más  que la calle son sus árboles, los extraño, los miró, los saludo, ellos son mis amigos, siempre plantados en su sitio viéndome pasar.

sábado, 23 de noviembre de 2013

Una noche antes de diciembre

Esa noche subí por la misma calle por la que subo todos los días, entre los árboles del barrio Lalinde en el Poblado. Decidí tomar la transversal inferior hacia San Lucas, pensaba ver los juegos pirotécnicos del Centro Comercial El Tesoro. Las primeras luces que vi  fueron los stops de los carros en fila, para ellos todo era quietud, para mi eran parte de la decoración de la calle. Llegué a San Lucas, un premio de montaña bastante corto pero lo suficiente para hacerte sentir vivo. Finalmente acercándome a la parte exterior de El Tesoro me encuentro con un grupo de personas sentadas en sillas de camping sobre una de las pocas aceras del sector. Me detengo en la bici y les pregunto si saben la hora exacta en que comienzan a tirar la pólvora. Su respuesta me hace pensar: bueno y qué hago hasta la 8:00 p.m. Decido ir a tomar algo por ahí cerca pero antes en tono de charla le pido a quienes estaban sentados que me guarden un puesto y ellos amablemente entre risas me responden - Aquí se lo cuidamos pero traiganos una gaseosa. Y de esa forma conseguí compañía para disfrutar de esas luces que daban comienzo a la época de navidad.